La condición del consumidor

Al menos los que se preocupan por ver un poco de que trata el sistema financiero, se darán cuenta que los préstamos personales, al igual que las hipotecas y los préstamos de cualquier tipo, son más o menos predatorios; al menos aquí en México; ya sean financieras o bancos se aprovechan de la necesidad de las personas. Es sumamente lógico y justo que el prestamista condicione el retorno de su hacienda con un interés equis al monto total de la deuda, de esta manera el prestamista y el prestatario se benefician, de manera diferente, pero se benefician, o al menos así se supone que sucede; pero la realidad es otra… La realidad es que el prestatario o acreedor abusa de su posición, y abusa fuerte. ¡Existen préstamos personales que cobran el 90% o 100% de interés anual! No voy a decir el nombre del banco porque me mandan desaparecer, pero son este tipo de candados los que hacen que solo unos cuantos puedan ir más lejos socio económicamente hablando, literalmente tienes que estar en el momento y lugar adecuado para acceder al dinero “barato”, o mejor dicho: Dinero justo. Es más que obvio que los acreedores controlan el flujo de dinero para mantener a la sociedad ociosa y entretenida con eventos masivos como el “buen fin”, y solo otorgan poder económico a aquel que tiene las relaciones necesarias o al que amasa cantidades de dinero superiores a 100 millones de dólares y qué de esta manera, muy seguramente tendrá buitres volando alrededor de él/ella (espero que las feministas no me manden matar por poner primero él y no ella) para ofrecer las perlas de la existencia. 

 

Moraleja: Si van a pedir un préstamo, tómense el tiempo de sondear primero las distintas ofertas hasta el cansancio… Una vez hecho esto, pregúntense: ¿Realmente lo necesito? Y si es así: Entonces pidan al universo estar en el lugar y en el momento adecuado para conocer a un acreedor decente. 

 

Atte: Marco Cass

Dejar un comentario